27 mayo 2006

Licenciado en Opinología por la Universidad de la Vida

Es curioso como muchos tienen tendencia a otorgarse títulos académicos sin demasiado remordimiento. Viajando por la web no es difícil encontrar "tecnócratas" de todos los tipos. Desde el mero "farsante inocente" también conocodo como "pardillo", que está tan despistado que cree que con su "don natural" para tal o cual materia cubrirá toda necesidad ante cualquier lector; hasta el "hipócrita recalcitrante" o "impostor grave" que, pese a ser en esencia un farsante inocente decide persistir en su falsedad pese a que esta es manifiesta y repetidamente descubierta, intentando esconder su vergüenza tras una capa de profesionalismo.

Quiero destacar el daño terrible que hacen estos elementos descontrolados a las profesiones. Su falta de conocimiento verdadero (algo que se nota leyendo tres líneas de cualquier texto) se suele interpretar como una insuficiente preparación formativa, que se extiende a todos los compañeros de profesión, es decir, a los que sí tienen esta formación.

Yo soy politólogo. Pasé más de cuatro años en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona para acumular los conocimientos que el ministerio de educación considera necesarios para otorgarme mi licenciatura y esa curiosa "D." que en ciertos documentos precede mi nombre.

Son posiblemente la Ciencia Política y la Sociología las disciplinas que más sufren la intromisión del intruso recalcitrante y desenmascarado. Tanto es así que incluso hemos desarollado un término para catalogar rápidamente este tipo particular: "opinólogo" u "opinatólogo" vendrían a determinar aquellos personajes que se presentan en cualquier foro de debate, administración pública o cualquier institución con un cierto índice de presencia política.

Es sencillo descubrir a los opinólogos (personalmente prefiero esta terminología). Voy a exponer un breve manual en siete pasos para lograrlo:

1. Nunca usará palabras propias del gremio. Su falta de formación se lo impide, pues, aunque conozca esos términos, no sabe aplicarlos correctamente. Por ejemplo: ¿Conoce ud la diferencia entre eficiencia y eficacia?

2. No pertenecen a ningún colegio profesional en concreto, creen (o dicen) que no trabajan bién y que no ayudan al desarrollo de su profesión.

3. Intentan remarcar siempre su titulación al llegar a un lugar, pero al cabo de un tiempo ya jamás insisten en ello.

4. Evitan referencias a su universidad, aunque a veces sí lo hacen y entonces conocen al claustro de profesores al completo, incluso sus currículos, pero no saben ninguna anécdota personal de ellos. Otro ejemplo: P: ¿Recuerdas cuando el profesor XXX hablaba de su madre? R: Oh no... supongo que no asistí aquél dia, es que yo era muy aficionado al bar. - Vease que es una estrategia muy utilizada la de recurrir al humor para desviar la atención ante la ignorancia. Es una táctica de negociación habitual, que aparece bién definida en un una divertida y recomendable obra que leí hace poco: Bou Bauzà, Guillem: "El arte de la Guerra para directivos"

5. Si quiere hacer unas risas, preguntele sobre qué tema versaba su tesina y que lo desarrolle un poco.

6. En sus CV predominan la experiencia laboral sobre la titulación académica. Suelen mostrarse poco orgullosos de sus diplomaturas/licenciaturas/posgraduados/doctorados, y por supuesto, nunca publican en medios al alcance de las masas. El ocultimo es una característica fundamental.

7. La Acumulación Concéntrica de Títulos Académicos Variados (ACTAV), tales como "graduado" o "especialista", es una caracterísitica habitual. En ACTAV se incluyen también las directas falsificaciones, como "técnico en XXX disciplina" o "diploma de asistencia al foro sobre XXX"; y las abruptas exageraciones como llamar "Master" a un curso de verano, o "posgrado" a un grado medio. Por supuesto todos los TAV son descubiertos aplicando la estrategia ya definida.

Bueno, aquí termina la lección de hoy. Por supuesto si alguien tiene algún punto más a sugerir, estaré encantado de incluirlo. Tal vez dentro de unos años presente un "manual para detectar intrusismos profesionales varios" ;-)

9 comentarios:

Unknown dijo...

I Olé! Si señor, nadie nunca lo definió tan bien. Te felicito.

Anónimo dijo...

Esto en tèrminos psiquiàtricos està relacionado con el "Sindrome Pinocho" o mentiroso compulsivo. Entre las diferentes manifestaciones estaria esta de "crearse" una vida nueva con carrera, curriculum, etc... No sé si recordais el asesinato hace un par o tres de años de la Doctora de Tarragona, la que su novio se las daba de profesor d'ingles, y en realidad era taxista... Pues lo mismo pero en politólogo, y además puedes añadir que hablan a gritos, si les lleva un poco la contra se ponen de un humor de perros y se quejan amenudo que no se les deja hablar, cuando se quedan sin argumentos recurren al insulto, cuando se sienten atacados van de víctimas total hasta el punto de querer dar pena por los execivos ataques, usan ropa de marca i llevan perfume en exceso para "camuflar" su complejo de inferioridad, etc... que quede claro que ahora practico intrusismo en el mundo de la psicologia, pero, que quereis que os diga, és mi afición.

Juanjo Pérez dijo...

Dos respuestas.

1. a carme: gracias por tu felicitación. Sobre tu pregunta, pues debería señalar que si los títulos existen y se han ganado con trabajo, dedicación y horas, se tiene todo el derecho a incluirlos en Currículos y en donde sea. El opinólogo vive de su fantasía, no dispone de las titulaciones académicas, y habitualmente publica escondido tras ellas. Si alguien dispone de los títulos y no escribe, simplemente será porque no le apetece, porque sí lo hace pero en otros medios, o porque prefiere guardarse sus opiniones. Eso no constituye opinología sino prudencia. Es más, es un opuesto a la opinología.

a Leptis:
Completamente de acuerdo contigo. A veces una pequeña intromisión opinológica resulta de una capacidad ejemplificadora absoluta. En todo caso, una "intromisión" tampoco es opinología, sino cultura general. Lo grave sería que hubieses dicho: "mis 4 años de psicología en la UB me sirven para afirmar que..." eso sería opinología! ;)

Saludos a las dos!

Anónimo dijo...

Leptis, amigo mío:
Qué fácil es caer en los terrenos pantanosos de la opinología.!

Juanjo Pérez dijo...

No estoy de acuerdo con eso, Carme. Calificar una obra intelectual como "discreta" es algo que pertenece al mundo de la subjetividad. La valoración de la obra científica debe argumentarse en términos estrictamente técnicos o académicos. En el caso que yo presentara un manual de ciencia política, pongamos por ejemplo sobre la construcción del consenso en la política exterior; consideraría cualquier réplica provinente de un compañero politólogo o con nociones similares como una crítica técnica al contenido, mientras que una crítica "externa" sería considerada una mera valoración no cienfítica, meramente formal.

Las valoraciones a textos con contenido académico deben basarse en conocimientos académicos, y por tanto científicos. Lo contrario es un supuesto de opinología muy claro.

No es lo mismo una valoración sobre una novela (me ha gustado o me ha entretenido o es un bodrio...)que es un producto destinado al consumo de masas y para un público estándart, que la valoración de un texto académico, destinado a un público especializado.

En ciencia política se suele dar el doble significado de los términos: un contenido científico (concreto y unívoco) y un contendio "popular" (abstracto, poco definido); algo que suele llevar a confusiones cuando se analiza sin la necesaria formación; por lo que es imperativo que para la comprensión plena del mensaje técnico se disponga previamente de conocimientos técnicos análogos.

Juanjo Pérez dijo...

Carme:

En primer lugar, me planteo si no estás gravemente confundida.

Para empezar, putualizar que en este blog no hay ningún tipo de moderación en los comentarios, ni los ha habido nunca, por lo que tu consideración está absolutamente fuera de lugar. Simplemente a veces tarda unos minutos a publicar, cosas de blogspot. Te invito a comprobarlo en el momento que te apetezca. Sobre lo del pseudónimo, "magna" casi mejor lo dejo de lado. Me trae sin cuidado que firmes con un pseudónimo "magna" o con otro "carme estivill"; yo, en cambio, firmo con mi nombre y apellido.

Segundo: Si tienes conocimientos técnicos para discutir cualquier materia, te invito a compartirlos con el autor "criticado", pero en ningún caso ese es mi problema, a no ser que yo sea el autor o comparta su punto de vista. En tal situación te invito a hacerlo, tan detalladamente como te parezca, y atenderé tu crítica con total predisposición.

Añado que me parece de una falta de respeto absoluta que te pases por mi blog a criticar a un compañero y amigo. Como tú, soy muy partidario de la libertad de expresión, pero no voy a tolerar que se instrumentalice mi blog para postear críticas a un amigo. Espero no tener que cambiar mi política sobre la moderación de comentarios, por lo que te agradecería una mayor "moderación" en tus aportaciones.


En todo caso, yo sólo poseo nociones básicas sobre márketing político y jamás he escrito nada al respecto. Puedes revisar todos los artículos de mi blog para comprovarlo.

Y finalizo. Para considerar una obra como "mediocre" se deberían poseer elevados conocimientos sobre una materia, puesto que "mediocre" implica un cierto desprecio -una actitud a mi parecer muy impropia en los científicos, y que de nuevo encaja en supuestos de opinología. Hubiese sido mucho más apropiado usar otros términos que una publicista como tú debe tener a completa disposición.

Y no te preocupes por la extensión de tus comentarios, son siempre bien recibidos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Aquest país, a diferència d’altres amb tradició democràtica, està farcit d’opinòlegs varis, de vegades amb una formació mínima que lamentablement creen opinió, i de quina manera, sobre realitats que ignoren, tant des del punt de vista legal, com històric, com filosòfic, com ideològic, etc., amb tot el respecte això sí, a la llibertat legítima de tothom d’expressar els seus punts de vista.

Jorge Gajardo Rojas dijo...

No estoy de acuerdo.El blog es un espacio de reflexion abierto o menos abierto segun su propietario.Opinar es la esencia de la tolerancia y fundamentar lo que uno dice no exige titulo universitario,no tiene mas peso por muchos titulo que pongas si tu argumento es erroneo o debil.Muchos genios mundiales nunca pasaron por ua Universidad,algunos nobeles en literatura era profesores primarios o no PHD en literatura.El genio se mejora pero no se adquiere en la Universidad,si tiene o no.
Ahora si tu consideras intruso a alguien que opina en un sesudo comentario tuyo,censuralo y quedate con los que te gusten.
Saludos un intruso chileno

Anónimo dijo...
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