06 junio 2006

Opinología de trincheras

Después del "éxito" de mi primer post sobre opinología, me propongo escribir una bonita continuación.

En primer lugar, tras un mensaje que encontré en una botella, quiero subrallar que la definición de opinología es solamente una guía, y no puede aplicarse estrictamente. Se trata de una noción incremental, que coincidan varios preceptos no implica que se cumpla, puesto que son puntos eliminatorios. Tal vez falle uno, pero la esencia del opinólogo creo que está claramente definida. Además, el no cumplimiento del primer punto implica ya la no pertenencia a este "selecto" grupo. Alguien, por ejemplo, puede creer que las asociaciones de licenciados no otorgan verdaderos beneficios al desarrollo de la profesión, pero esto puede cumplirse en dos perspectivas, muy diferenciadas una de la otra: estaría la del opinólogo, que reivindicará sobre una base de falsedad y la del que verdaderamente lo cree, pero sobre una base de insuficiencia ya que tiene unas aspiraciones profesionales elevadas que la asociación no cubre.

Aclarado este punto, procedo al segundo episodio.

La política de trincheras es algo a lo que estamos desgraciadamente acostumbrados. Me refiero a la incapacidad de conseguir acuerdos políticos a ningún nivel por dos motivos relacionados entre sí. El primero se refiere al mero electoralismo y el segundo a la falta de noción técnica alguna. Es curioso como ambos elementos interactúan. El electoralismo supone que un partido político (algo extrapolable a un ciudadano-opinólogo cualquiera) recurra siempre a la negación para recopilar todo el voto descontento posible - escribí un ejemplo a mi parecer claro hace unos meses en este mismo blog -, intentando que todos aquellos que no estén de acuerdo con una política concreta se sientan más próximos a un partido usualmente en la oposición. El segundo argumento se refiere a la pura opinología, a la falta de noción política, técnica y cultural en sentido amplio.

De hecho, las dos nociones son interdependientes. Una no puede convivir sin la otra: cuando un partido político (reitero, o ciudadano-opinólogo cualquiera) hace una afirmación del tipo "las bodas de gays terminarán con la institución familiar" o "el proyecto de Reforma del Estatuto de Autonomía de Catalunya destruirá España" está recurriendo, en efecto, a la opinología. Analicemos más detenidamente las dos construcciones:

Lo más claro es que en ambas encontramos un recurso a lo emotivo, a lo irracional: el fin de la família y el fin de España son alegatos evidentemente falseados. ¿En qué afecta a una família hombre-mujer-hijos que se casen dos hombres o dos mujeres o cinco hombres con tres mujeres? De la misma manera, ¿va a destruir España un EAC que limita su función normativa al marco legal vigente en España? o planteado de otra forma ¿no les parece extraño que ERC no sea partidaria de tal proyecto, si realmente se destruirá España? El recurso a lo irracional está claramente definido en la ciencia de la persuasión comunicativa: es muy útil ante falta de argumentos lógicos coherentes, puesto que el oyente siente miedo y evita la tentación de recapacitar ante la afirmación. El miedo es una pieza fundamental en este juego.

La propaganda es muy útil ante público desinformado o malinformado. El público desinformado no desarrolla los mecanismos de protección necesarios ante tales afirmaciones, lo oye y lo cree, sin puntos intermedios. El malinformado es más próximo a nuestra noción de opinólogo, puesto que es una evolución por reiteración del desinformado: su falta de formación facilita que no elija correctamente los medios informativos y se sienta más atraido hacia los que recurren a la estrategia del miedo, que son más "apasionantes". El efecto es que genera unas convicciones ideológicas basadas en la propaganda, y por lo tanto falseadas y erróneas. Finalmente, contagia su malinformación y su postura "de miedo" a otros elementos desinformados.

En efecto, un opinólogo tiene una modus operanti simétrico al de un virus o una enfermedad contagiosa.

El problema del opinólogo surge cuando se cruza con un elemento que sí está formado. La escena típica es la discusión. El opinólogo siempre tendrá tendencia al insulto, a la descualificación e incluso a recurrir a elementos históricos parcialmente narrados, erráticos o meras aberraciones para tratar de infundir confusión al interlocutor. Goebbels ya definió claramente la utilidad de esta estrategia: el interlocutor se siente tan sorprendido por la abruptedad o incoherencia que acaba de oir que queda indefenso, la conversación se reconduce y la impresión externa es que el opinólogo tenía razón.

El contagio se consuma en este momento.

01 junio 2006

Sobre la estrategia negociadora de Irán


Después de revisar la base de datos de El País en relación al desarrollo de la crisis de Irán y fijándome especialmente en el desarrollo de la estrategia de negociación, se aprecia claramente una continuidad de la misma.

La estrategia tiene que ver con el incremento de tensión a nivel internacional, que es su disparador. Cuando la presión supera un determinado límite, Irán adquiere una posición más agresiva hacia la sociedad internacional. La táctica es recriminar ciertas actitudes combinada con un incremento de movilización social interna, que terminan por suavizar la posición de los partners y acercar a posiciones negociadoras, para finalmente reducir la tensión. Esta estrategia se ha dado tres veces en el último año, tras el fracaso de la cumbre de revisión del TNP y el anuncio de la decisión parlamentaria iraní de iniciar un procedimiento de enriquecimiento de uranio.

El primer caso se dio en agosto de 2005. La presión ante el programa era muy intensa en esos momentos, registrándose noticias a diario en los medios informativos y con las negociaciones rotas. En este momento, Ahmadineyad hace las conocidas declaraciones sobre Israel: "Israel debe ser borrado del mapa" y empiezan fuertes manifestaciones de rechazo en todo el país, que se incrementan a raíz de una incursión en la Franja de Gaza. Irán manifestó también que la existencia de Israel es responsabilidad europea, y negó el Holocausto. Creo que la estrategia es la de intentar que el partner se sienta en una posición más débil a raíz de su involucración indirecta en el conflicto, lo que facilita que se entablen nuevas negociaciones.

La UE ofreció entonces por primera vez una propuesta negociadora más la propuesta rusa de enriquecer el uranio en territorio propio. Irán manifestó verlo con buenos ojos en principio, e incluso llegó a aceptar públicamente la propuesta rusa, con lo que se redujo la tensión. Tras esto, Rusia anunció que no se había llegado a ningún acuerdo y que las declaraciones iraníes eran falsas. La tensión, pero, ya se había reducido y el tema estaba apartado de la Agenda.

El segundo caso es el más claro. Se produce a raíz de la crisis de las viñetas. Resulta incluso más sugerente fijarse en que las viñetas aparecieron en septiembre de 2005 y la crisis se desata en febrero de 2006, lo que sugiere que Irán usó las publicaciones en su propio interés en el momento que le resultó conveniente.

El proceso se repite. En febrero se llegó a una posición consensuada entre las grandes potencias para llevar el caso ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tras el visto bueno de la OIEA. Es entonces cuando Irán recurre a las viñetas y a la movilización interna. Occidente tuvo un fuerte debate interno sobre la situación, y es obvio que la ciudadanía sintió culpabilidad por tal "metedura de pata". Esto fue aprovechado por Irán para congelar de nuevo la situación, volviendo a presentar la viabilidad del Plan Ruso. De nuevo, pero, la posición resultó ser una treta y en pocos días Ahmadineyad confirmó que se habían obtenido los primeros contingentes de uranio enriquecido.

La tercera situación es más reciente, y está más vinculada a la amenaza del uso de la fuerza de los Estados Unidos. La respuesta iraní también ha sido ligeramente diferente, posiblemente porque el partner ha cambiado (UE -> EUA). Las manifestaciones se han referido al desastre de las tropas americanas en Irak y a amenazas de atentados masivos en todo el mundo. Esta vez, la tensión no parece haberse reducido, y el proceso avanza en el Consejo de Seguridad. Pese a todo, el mismo consejo está fraccionado entre China y Rusia contra EUA, Inglaterra y Francia.

Como siempre, recurrir a la fuerza no sugiere soluciones, por lo que esta vez Irán habría cometido un error. La amenaza de EUA ha sido respondida con otra amenaza, con lo que nos vemos abocados a la típica pelea de críos.

En resumen, la estrategia de Irán es la de sembrar dudas, tanto a nivel moral/político como militar. Se ha anunciado para hoy (jueves, 1 de junio) una nueva propuesta de negociación en una cumbre de Viena. Si esta predicción es correcta y coincide con la estrategia implementada hasta ahora, Irán aceptará en los próximos días para rechazarla en, aproximadamente, un mes.

Si realmente la estrategia busca sembrar dudas, es porque Irán necesita tiempo. Su objetivo es convertirse en una potencia regional hegemónica en el mundo islámico, estrategia basada en el poderío social/religioso y militar/nuclear que se vería enormemente reforzada si Irán dispusiera de armamento nuclear.

Así, si la predicción es correcta, se puede aseverar que Irán sí desea la bomba atómica y que por lo tanto, su programa nuclear no sólo tiene fines civiles.