Durante el pasado fin de semana ha estallado una terrible crisis entre occidente y el mundo islámico. La causa, 12 caricaturas del profeta Mahoma aparecidas primero en diarios daneses y luego en un enorme número de publicaciones europeas. El acto es una ofensa para el islam, que contempla la reproducción del profeta cómo sacrílega, algo muy lejos del límite de lo moral. No cabe duda de la gravedad de la ofensa para los musulmanes, sólo con la apreciación de las consecuencias: embajadas incendiadas y seis muertos a ésta hora que escribo.
No me cabe duda que el núcleo del debate es la misma naturaleza del sistema democrático, es decir, los valores intrínsecos y derechos fundamentales. La libertad de expresión y sus límites son el ojo del huracán. Existe una conocida frase atribuida a los liberales ingleses del siglo XVII: mi libertad termina dónde empieza la libertad de mi vecino. No podría ser más adecuada para exponer mi postura: el límite a la mi libertad de expresión es la libertad de las otras personas a las que puede afectar mi uso personal de mi derecho.
La responsabilidad en democracia es fundamental: los griegos lo tenían muy claro, y quién hablaba en la asamblea debía ser consciente de las implicaciones de su acto. Si la asamblea adoptaba la opinión, todos eran responables de la misma, pero debía ser adoptada, debía ser discutida y criticada. Depositar la soberanía implica ser consciente de tal enorme responsabilidad, y parece ser que existen personajes que no se dan cuenta de eso. No hace mucho vimos un caso paralelo, con la COPE suplantando al Presidente del Gobierno español ante el presidente electo de Bolivia. Aparecieron entonces los ignorantes que defensaron tal aberración en el marco de la libertad de expresión, obviando que la libertad tiene un límite.
La libertad absoluta existe en anarquía, pero en anarquía no existe la sociedad. Los griegos tenían un término que definía a estos personajes: idiotas. Me parece injustificable un acto de tan enorme irresponsabilidad, pero ahora ya está hecho, y las embajadas danesas arden por ello.
¿Debemos pedir perdón? mi opinión es que no, ya que de nada serviría. Si analizamos el problema en su verdadera magnitud, descubriremos cual ha sido el verdadero error de esta pantomima, que no es otro que la existencia de grupos islámicos radicales que han instrumentalizado el patinazo en pos de sus propios objetivos. No nos engañemos, estos grupos estaban deseando que ocurriese algo así: un problema que mostrase la unidad de todos los árabes contra occidente... les hemos dado la Caja de Pandora, y se la hemos dado abierta.
El islamismo radical no es una amenaza de broma. Ahora mismo les escribo desde Madrid... ¿recuerdan? El objetivo verdadero de ésta gente no es llamar la atención, su objetivo es la destrucción de un estilo de vida que consideran amoral e imperialista, pero a la vez lo consideran débil. Y tienen razón, somos débiles: la democracia es débil, el respeto a la fragmentación ideologica impide las respuestas decididas. Eso está en el núcleo duro del sistema, para nosotros es incuestionable, pero estos elementos saben cómo aprovecharse: saben cómo, cuando y dónde golpear. Nos conocen mucho mejor que nosotros a ellos.
Mostremos nuestra debilidad y preparémonos a sufrir... La libertad de expresión no es cuestionable: los periodistas tenían derecho a publicar lo que quisieran. La cagaron, pero ya es tarde. Ahora debemos saber: Nosotros tenemos razón y ellos no. Y nuestra postura debe ser tan decidida cómo intransigente: nosotros tenemos razón, porque nosotros somos libres. Irresponsables, pero libres.
06 febrero 2006
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2 comentarios:
Mis "cinco centimos" des de Noruega (uno de los paises en las cuales se esta centrando la reacción en contra y la quema de banderas).
Aquí, este fenomeno se vive con una gran preocupación. En primer lugar quizás porque los Noruegos tienen una altísima consideración de si mismos y les es inconcebible que alguien les identifique como "malos". De hecho les cuesta mucho entender porque a pesar de ser uno de los principales promotores de la "paz mundial" con un papel muy activo en los balcanes y en oriente proximo se les situo ya en su dia en el eje de mira del terrorismo islamico junto a EEUU, España, Reino Unido, Italia, Dinamarca, etc...
Pero en esta ocasión hay que añadir otro factor y es que la "crisis" se revitalizo a partir de que el periodico fundamentalista catolico noruego Magazinet (que se autotitula "el periodico cristiano" y del cual desconozco la tirada exacta pero es muy pequeña) republicara los dibujos en lo que los Noruegos mismos consideran un acto de provocación.
Así que los Noruegos se debaten entre la perplejidad de ser vistos como unos infieles irrespetuosos con el Islam (cosa completamente alejada de la realidad. Me gustaria saber, por ejemplo, cuantas universidades españolas tienen espacios para pregarias destinados a los estudiantes musulmanes!) y la indignación con un pequeño grupo de conciudadanos que con la unica pretensión de notoriedad han situado a Noruega en el punto de mira del terrorismo internacional.
Hay algunos matices con los que no estoy de acuerdo, pero en general el planteamiento creo que es harto correcto y con el podriamos coincidir la gran mayoría. Felicidades.
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